jueves, 30 de junio de 2011

EL CIPRÉS SECO

Echado en un tronco flébil, en desvarío
yo esparramo tus restos con sal y besos.
¿Qué le pasó a nuestro árbol, dulce amor mío?
Contesta, ¿aún lo nutren tus vivos huesos?

¿Qué le ocurre al ciprés, sultana mía,
que se le ha desprendido la hojosa piel,
que muere en esquelética monotonía?
Desprovisto de jugo, secó su miel.

Responde a la pregunta que arde en mis sueños.
Responde si su aroma tú aún presientes;
si perdió sus vitales, largos empeños
sobre la carbonalla de años ausentes.

Estéril, muestra el árbol forma gallarda;
cónico acantilado frente a tu losa.
La tarde que agoniza, caduca y parda,
         a tus pies lo doblega con sombra airosa.

A. Macías Luna
(Derechos de autor)