Quiero ser un mirlo que su pico posa
en tu sepultura y bebe el rocío
del invierno. Quiero en noches de frío
ser la flor que te hable, la escondida rosa
que te reconforte en la aislada losa
y colme tu cuerpo de aromas y brío.
Quiero despertarte con el poderío
de mi voz viril, firme y cadenciosa.
Quiero ser en vida tu leal amante
y hasta cortejarte después de la muerte;
la sombra de mi alma ya tienes delante.
Mis ansiosas lágrimas no quieren perderte
y en el mármol gris van abriendo brechas
para componer mis rimas deshechas.A. Macías Luna
(Derechos de autor)